La presión social de las mujeres en el arte
Imágenes como las que muestra la fotógrafa australiana Jessica Ledwich en su serie titulada The Fanciful, Monstrous Feminin, muestra cómo las mujeres están sometidas bajo la presión de sus cuerpos a través de la dominación de las tecnologías y de los experimentos científicos con el fin último de crear un ideal estético irreal y plástico.
Los defectos son el detonante principal de que las mujeres no desarrollen una sana autoestima. Hablamos de defectos impuestos, claro está. Aquellos que te dicen desde los propios argumentos sociales y culturales y los que se manifiestan en las imágenes, revistas y medios publicitarios.
“La magia y sensualidad de los rasgos y curvas que hacen a la mujer única, desaparece, creando seres con la creencia de que la única forma de ser “bonitas” es transformándose en un saco vació de anuncios publicitarios y cánones de belleza” (Jessica Ledwich)
Lo que antes te hacía sentirte única ahora te hace sentir inferior. Lo que antes era especialidad tuya ahora es rechazo. En definitiva, tu identidad como mujer se convierte en el monigote que las grandes industrias farmacéuticas, cosméticas y la moda quieren que seas.
Mujeres convertidas en obsesión, convertidas en tecnologías, en un vivir lleno de imposibilidades que vierten, en ocasiones, sus propios cuerpos al contenedor de la infelicidad y la desvalorización.
Termino citando una frase de la autora y que os animo a que lo practiquéis habitualmente:
¿Qué tal las impactantes imágenes? Es momento de abrazarte a tu cuerpo como si fuera a desaparecer porque éste es lo más perfecto que tienes.